miércoles, 27 de diciembre de 2017

¿Vives en un universo amigo u hostil?



Albert Einstein, uno de los más grandes físicos teóricos de la historia, alguien que daba una gran importancia a hacer preguntas, señalaba una  como  la más importante del mundo, ya que dependiendo de cómo te contestes a esa pregunta vas a vivir de una forma u otra.

¿Vivimos en un universo hostil o en un universo amigable?

¿Por qué es tan importante esta pregunta? Porque cuando una persona cree que vive en un universo hostil, necesariamente está enfrentado a la vida. Vive en una posición constante de defensa desde que se levanta, esta posición ante la vida se cobra un alto precio ya que es causa directa de enfermedad. Cuando alguien se le acerca, la tendencia es verle como un enemigo, sin opción de explorar, ya le ha juzgado y condenado.
Mientras que si piensa que vive en un universo amigo, tiene una mente más abierta, más receptiva. Debemos entender que nosotros no tenemos una vida, nosotros somos vida. Tenemos un mundo entero por descubrir del que aún no somos conscientes.

Tenemos un mundo entero por descubrir del que aún no somos conscientes.


A través de la práctica de mindfulness se nos abre un mundo entero por descubrir. A veces, afloran a la superficie “cosas” que no nos gustan.  Son cosas que aunque no te guste ver, sólo por el hecho de no verlas no significa que no estén manipulando tu vida. Tengamos en cuenta que sólo podemos cambiar aquello de lo que te das cuenta. Con la práctica de mindfulness a veces surgen contenidos que son duros, pero no porque no hayan surgido antes no dejaban de estar funcionando, todo lo contrario, estaban funcionando y de forma mucho más devastadora.
Es muy importante entender que la esencia del ser humano vale la pena. No hay que tener miedo adentrar en nuestro interior, por miedo a que lo que nos encontremos sea feo. Podemos encontrarnos con capas de fealdad, con capas que no nos gustan (sombra de Jung), lo que no te vas a encontrar es con un ser que no valga la pena. Porque dentro de cualquier ser humano, en su núcleo, siempre hay grandeza, y mindfulness nos enseña a ir quitando esas capas.

Dr. Mario Alonso Puig
Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo.

jueves, 7 de diciembre de 2017

El final del día




Hace tiempo que no escribo nada, y es que el día a día me come. Mucho trabajo en la oficina, la casa, los niños, las actividades…. ¿os suena de algo?
Sin embargo, he querido hacer un paréntesis para escribir sobre un tema que preocupa a muchas mujeres, (no puedo hablar por los hombres), y es lo que nosotras mayoritariamente llamamos “el final del día”. Me ha sorprendido que muchas mujeres utilizan esta expresión para identificar el "problema" del que voy a hablar. Evidentemente, cada persona es un mundo y estas opiniones solo recogen una pequeña parte de la realidad, por lo que os invito al debate.


Y dicho esto entremos en materia ¿Cómo enfrentamos las mujeres y los hombres “El final del día”?
Cuando una mujer finaliza su día y se va a la cama, su cabeza es como un centro de control lleno de pilotitos encendidos que debe ir desconectando para poder dormir.


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Por el contrario, cuando un hombre finaliza su día y se va a la cama, al cerrar los ojos ya ha sido capaz de apagar todos los pilotitos. Puede que quede alguno encendido, pero en cualquier caso cuentan con un único interruptor capaz de apagarlos todos de golpe o ser el único que permanezca encendido. (Esta teoría la saco de varios artículos y libros que hablan sobre las diferencias entre hombres y mujeres, escritos por hombres, pero invito a los hombres a dar su opinión sobre la misma).
Imaginemos que una mujer ha tenido un mal día…. Apagar tanto pilotito encendido es casi misión imposible. 

Entremos un poco más en materia, tratemos de empatizar un poco más con la mujer, pongámonos sus zapatos. Vamos a imaginar que somos una mujer afortunada, con trabajo, hijos, un marido que la quiere y capaz de dormir 8 horas, eso nos deja un día de 16 horas… 


  • 07:00 – 08:00: Me levanto, me arreglo y me voy a trabajar. Como soy afortunada mi marido lleva a los niños al trabajo. Pero casi no nos vemos, un único beso de despedida antes de salir hacía el trabajo
  • 08:00 – 17:00: Trabajo. Trabajo y Trabajo. Un mensaje del cole, una llamada de tu madre, WhatsApps de un montón de grupos…
  • 17:00 – 18:00: Regreso a casa, hay que recoger a los niños
  • 18:00 – 19:00: Meriendas, deberes, actividades
  • 19:00 – 20:00: Llega tu marido a casa. Como eres afortunada un beso de bienvenida y un ratito de Tv. No hay mucho diálogo, o nada. Claro biológicamente los hombres no necesitan hablar, si acaso alguna trivialidad, ¿Qué cenamos hoy? ¿Tenemos algún plan para el fin de semana? (alguna se caería de espaldas si su marido le preguntara ¿qué tal tu día? ¿acaso es que realmente no les importa?)
  • 20:00 – 21:00: Preparar cena
  • 21:00 – 22:00: Se cena, se recoge
  • 22:00-23:00: Nos vamos a la cama.

En todo este tiempo a penas hemos intercambiado unas cuantas palabras con nuestro marido, quizás durante la cena o la hora de Tv… eso si no hay móviles, alguna serie de por medio o trabajo pendiente que sacar a delante…

Nos metemos en la cama y empezamos a desconectar pilotitos, cuando de repente nuestro marido empieza a ponerse “juguetón”. Recordemos que somos una mujer afortunada y nuestro marido no es un salvaje de los de aquí te cojo y aquí te mato, intenta hacer las cosas bien… Pero hay algo que no funciona ¿verdad?, algo no termina de encajar, durante todo el día no hemos recibido ninguna señal de afecto, ninguna chispa que encienda el fuego, y ahora de repente tenemos que tener la hoguera a punto…. Sin embargo, otra característica de nuestro género como mujer es la de aceptar con resignación. Y salvo que tengamos muy muy claro que no queremos, aceptamos el juego con resignación. Eso si eres de las afortunadas que puede negarse. 

Y este es el principio del problema, en un gran porcentaje de noches la mujer sigue aceptando con resignación “que hoy toca” (y ya hablaremos otro día del maldito Sábado Sabadete o los rapiditos). No olvidemos que nos hemos puesto en el papel de una mujer afortunada, y sin embargo en ningún momento del día, se ha sentido deseada por su marido, ni una palabra de afecto, ni una caricia o una mirada... Justo en esto radica uno de los secretos del éxito de la famosa saga de libros Cincuenta Sombras de Grey, no en el sexo duro, como muchos piensan, sino en la capacidad que tenía este señor para que su chica se sintiese deseada durante todo el día, de su habilidad para mantener la hoguera encendida  y llegase en llamas a la noche. La tecnología nos lo pone muy fácil, ¿de verdad no hay un solo momento en el día para enviar un mensaje a su mujer, haciéndole saber que está pensando en ella? ¿o quizás no piense en ella? No hace mucho, en uno de los grupos de WhatsApp a los que pertenezco nos llegó unos corazones que un hombre enviaba a su mujer ¡Bien, no todo está perdido!

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Recordemos que en el tema sexual, el hombre es como una estufa, no tiene más que apretar el interruptor y ya está encendido. La mujer sin embargo es como una hoguera, requiere de un tiempo para arder.

Con este símil en mente, volvamos a la cama. El hombre activa su interruptor y comienza el juego. La mujer accede, pero hay que preparar la hoguera, dependiendo del número de pilotos encendidos puede costar más o menos tiempo… Mañana hay que trabajar, tampoco nos podemos extender mucho en los preliminares… Total cuando la faena ha concluido se apaga la estufa y la hoguera se queda en llamas… ¡Que distinto es cuando la hoguera llega encendida y sólo hay que apagar el fuego!

Y un día la mujer despierta, de repente decide que no es esto lo que quiere, qué rara con lo afortunada que es. Aquí es donde se produce el problema, y de como acabe ya es cosa de dos…  En algunos casos la mujer no sabe ni lo que quiere, aunque tiene claro lo que no quiere y esto ya es un paso. Además cómo no nos han educado para pedir lo que queremos, pues no sabemos y cada una lo afronta como puede:

  • Hablando con el marido, expresando sus necesidades. Bajo mi punto de vista la mejor opción pero lamentablemente ni todas las mujeres saben cómo, ni todos los hombres entienden en mensaje. La buena noticia es que si quieren pueden.
  •  Buscando fuera. Sí, nosotras también buscamos fuera lo que no tenemos en casa. A veces no hay que llegar a una infidelidad, basta con sentirse deseada… claro que hay riesgos…
  • Renunciando al sexo. También es otra opción, y como tal hay que respetarla, aunque a mí me da mucha pena. Cómo el sexo no me satisface sino que me frustra, renuncio a él. Os sorprendería saber la cantidad de mujeres que hay en esta situación, poco a poco ya no las apetece mantener relacciones con sus maridos. En estos casos lo peor es que la culpa es de ellas ¡Ja!, piénselo bien, habrá de todo como en botica, pero en la mayor parte de los casos, la hoguera terminó por apagarse del todo ¿o acaso piensan en serio que una mujer renunciaría a unas buenas y satisfactorias relacciones sexuales?.


Como empezaba diciendo lo expuesto es sólo una pequeña muestra de este gran universo. Recoge las experiencias expuestas por mujeres preocupadas por lo que hemos bautizado "el final del día", curiosamente de todas las edades, lo que me indica que no es un problema generacional y que lamentablemente sigue presente en las más jóvenes.

Y aun así, me gustaría pedir a los hombres que se hiciesen esta pregunta “al final del día”:

¿Qué he hecho hoy para que mi mujer se sienta deseada?

Recordemos también que, para ponerlo más difícil las mujeres no somos constantes, somos complejas, cíclicas, y hay que entendernos. Lo que hoy vale, mañana no y no es para volveros locos, simplemente es nuestra naturaleza. Pero como sí somos constantes en nuestros ciclos, con entendernos en cada una de nuestras cuatro fases, ya lo tenéis hecho. ¡Suerte y al toro! mujer ciclica lo que el hombre debe saber

Si además eres una afortunada mamá necesitarás de un extra, para poder sentirte deseable al final del día.😂😂